Boletín CIENTEC, enero 2007 San José, Costa Rica
Ciencia y religión
Alejandra León Castellá, Fundación CIENTEC
Publicado en La Nación, 15 enero, 2007No podría estar más de acuerdo con el comentario del presbítero Alberto Casals publicado en La Nación (6/1/07) respecto de la complementariedad entre ciencia y religión. Es un hecho que la ciencia abarca una visión de las cosas y la religión, otra. Tal como lo expone el divulgador científico mexicano Martín Bonfil en su ensayo Los límites de la ciencia : ??hay cuestiones en las que el método científico resulta inadecuado, fuera de lugar. Van desde las muy profundas: ¿existe un dios -o diosa- creador(a) del universo?, hasta las muy terrenales y cotidianas: ¿cómo resolver problemas políticos, amorosos y éticos, entre otros? ??.
De hecho, la ciencia y la religión difieren en sus métodos, pautas de iniciación y comportamiento de sus miembros, rituales, sistemas de propagación, etc. Como creaciones humanas, también se asemejan, en la construcción de feudos, estructuras de poder y, en casos como el de Costa Rica, en la recepción de fondos públicos anuales. (Ojalá el quehacer científico del país pudiera tener la suerte de incrementar sus partidas).
Difiero de la visión ingenua que hace convergentes a las esferas, religión y ciencia y, en especial, de ciertas mezclas que sirven para manipular y engañar a la gente.
Entre los anteriores, resaltan los ufólogos -aficionados a relatos de visitas extraterrestrres-, con sus bolsillos llenos, producto de sus *conferencias* y libros, que incorporan arcángeles -ahora también extraterrestres- como capitanes de naves espaciales que visitan la Tierra. Mucho cuidado, también, con los políticos que sacan términos científicos de contexto, para adornar sus nuevas teorías sociales, presentando poses de intelectuales superiores, con base en uno de los lados oscuros de la cultura científica, su torre de marfil.
A la religión, con sus pautas y costumbres, no se le cuestionan los dogmas. Se fomenta la fe, ciega. De igual manera, en la ciencia, o más bien, en la educación científica, se estimulan acciones para reforzar sus métodos y no para sustituirlos. Que no se enseñe ciencias como si fuera una religión. Que no se imponga la creencia con montañas de datos -que no son conocimientos- esperando que se absorban de memoria, como una fe.
Herramientas para actuar. La formación multidimensional debería enriquecer las diferentes esferas del ser humano y darle herramientas para interactuar, desarrollar su creatividad y buscar sus ideales. Por ello la importancia de cada área. En el caso de la ciencia, el método exige un proceso diferente de absorción que empieza por dudar y cuestionar, luego sigue con experimentación y verificación, pasa por etapas de discusión y construcción de esquemas para continuar, con la búsqueda permanente de nuevos modelos o teorías que expliquen mejor los fenómenos o procesos.
Hay que abogar para que se cultive la espiritualidad, en su área de influencia y, también, se desarrolle el pensamiento científico a partir de sus métodos. Se debe potenciar las capacidades de los jóvenes ,varones y chicas, para que se sientan capaces de subir al *carro del conocimiento*, conservando su curiosidad y aprendiendo a usar herramientas y métodos para descifrar el mundo que los rodea, discerniendo entre conocimiento fundamentado y engaño encubierto, y siendo exitosos frente al cambio. Cultivemos jóvenes multidimensionales, con una pizca de escepticismo, ricos en recursos lógicos y prácticas sanas de convivencia, con interés en el conocimiento y con espacio para la espiritualidad que, lejos de causar daño, fortalece realmente el humanismo del que tanta urgencia tiene la sociedad del siglo XXI.
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