Fundación CIENTEC

Concurso de Ensayo

 


Ensayos ganadores de 1999
TEMA: Si fuera científico (a)…" "Si fuera tecnóloga (o)…".


De izquierda a derecha: Luis Armando Vargas, Isaura Rojas, Marilyn Sánchez,
Diego A. Aguirre, Martha E. Chavarría, Alejandra Fernández.
Ganadora Primer Lugar, 1999
Alejandra Fernández Sánchez, Puriscal
Estudiante de undécimo año del Colegio Científico Costarricense

Ganadora del Segundo lugar
Martha Elena Chavarría Conejo
Estudiante de Décimo año del Colegio Técnico Prof. Pérez Zeledón

Ganador del Tercer Lugar
Diego Alejandro Aguirre Abarca
Estudiante del Liceo Juan Viñas

Ganadora del Cuarto lugar
Marilyn Sánchez Sotela
Estudiante de Décimo año del Liceo Nuevo de Limón

Ganadora Quinto Lugar
Isaura Rojas Ortega
Colegio Danilo Jiménez Veiga, Corralillo de Cartago

Mención Honorífica
Luis Armando Vargas Morera
Estudiante Sétimo año del Colegio Diurno de Palmares

PREMIOS
La empresa privada, convencida de la urgencia ante los retos presentes y futuros, respondió al llamado con incentivos para motivar a los y las jóvenes:

Además, del primero al sexto lugar recibieron:

PASANTIAS
La organización de las pasantías requirió de investigadores comprometidos con la juventud, que accedieron a dirigir las pasantías e incorporar a los ganadores en sus proyectos en las universidades en el verano siguiente, durante un período de una o dos semanas. A continuación la lista de entidades e investigadores que respondieron:


Ganadora Primer Lugar, 1999
Alejandra Fernández Sánchez, Puriscal
Estudiante de undécimo año del Colegio Científico Costarricense

"Si yo fuera científico (a)..." "Si yo fuera tecnóloga (o)..."

Marie Curie recibió en 1903 y 1911 dos premios Nobel, el primero de física y el segundo de química, los cuales además de galardonar los destacados descubrimientos que logró junto a otros científicos, premiaron toda una vida de fiel dedicación a la ciencia, no exenta de penurias y perjuicios que nunca lograron disuadirla de sus metas, ni de sus sueños.

Cuando se cita su nombre, no se puede evitar pensar en la genialidad de su persona. Sin embargo, yo no creo que la agudeza de su talento haya sido un don natural. Por su propia voluntad ella decidió estudiar, investigar, saber. Eso es un verdadero científico, alguien que no deja que los obstáculos de su entorno entorpezcan su avance.

Si yo fuera científica no me dejaría amedrentar por los inconvenientes que presuponen provenir de un país con grandes limitaciones económicas, técnicas e incluso políticas para desarrollar investigaciones. Por el contrario, los haría verse como un incentivo para mi profesión, puesto que tendría el privilegio de ser pionera en una labor que fructificaría en las futuras generaciones. Así debieron pensarlo muchos de nuestros talentos nacionales como el Dr. Clodomiro Picado o el Dr. Pedro León, por citar tan sólo dos ejemplos.

Hace pocos años, la gente moría de enfermedades que actualmente son fácilmente controladas por medio de antibióticos, tareas que abarcaban espacios de tiempo y energía muy amplios hoy se han reducido considerablemente mediante prácticas soluciones. Mas no por estas razones los retos a los que nos enfrentamos han menguado, por el contrario, han aparecido nuevos y los antiguos han evolucionado en complejidad. Como investigadora me gustaría en sumo grado que los hallazgos que obtenga puedan estar al servicio de la comunidad científica, a manera precedente para futuros trabajos, y de igual forma a disposición del público en general; no sólo para ampliar su cultura colectiva, sino también para mejorar su calidad de vida.

Ayudar a la mejora de la situación de muchos seres humanos ya no debe verse como caridad, sino como un deber. Nada más alejado de la realidad que la imagen del científico ensimismado en su trabajo y aislado de las situaciones que lo rodean. La ciencia repercute en la sociedad de una forma tan radical, que todos los avances de la civilización contemporánea jamás se habrían dado sin su auxilio. No obstante, esta dependencia también se da a la inversa. Gran parte del conocimiento ha sumergido como una medida para solucionar problemas cotidianos, para después desarrollarse en formas más teóricas.

Cuando se aplican los resultados obtenidos para bien de la sociedad en que vivimos, en cierta forma devolvemos el apoyo recibido. Cuando yo sea científica, quisiera regresarlo cristalizado en logros, avances y metas cumplidas, en reconocimientos para mi país, en esperanzas y motivación para las generaciones del mañana. La sabiduría y el porqué de la existencia del hombre no se alcanzan únicamente basándose en el estudio; el servir a los demás le da sentido a la lucha constante del progreso.

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Ganadora del Segundo lugar, 1999
Martha Elena Chavarría Conejo
Estudiante de Décimo año del Colegio Técnico Prof. Pérez Zeledón

"Si yo fuera científico (a)..." "Si yo fuera tecnóloga (o)..."

En la actualidad, el área de las ciencias ha avanzado mucho. Algunos científicos, a lo largo de su carrera, nos han legado inventos que han ayudado a modernizar nuestra calidad de vida.

La madre naturaleza nos ha abierto sus brazos y nos ha dejado permanecer en ellos, no es posible que nosotros con nuestra insensatez le paguemos con la enorme contaminación.

Si yo fuera científica me interesaría mucho en las ciencias con énfasis en el manejo del ambiente. Considero que todas las áreas de la ciencia y la tecnología son importantes, pero hay una que es mayor, nuestro ambiente, pues sin él no existiría el mundo.

Por esto y más, como aspirante a estudiar la carrera del Manejo de los Recursos Naturales, me veo comprometida a trabajar arduamente para construir una propuesta integral, de atención al problema derivado de la contaminación por la industria cafetalera, inspirada en tres ejes: ambiente, aspecto económico y plano educativo.

Todos conocemos el grave problema que se está suscitando en el nivel nacional. Los beneficios, en su gran mayoría, carecen de espacios adecuados donde colocar los desechos sólidos y líquidos, originados del tratamiento del café. Por tal razón, se está desarrollando todo un caos.

Me parece que sería bastante provechoso que el gobierno regule una ley para que a todas las fábricas, a la hora de su inscripción, se les pida como requisito primordial el reciclaje de sus residuos o bien de diseñar la forma de hacerlo, esto con el fin de minimizar la contaminación de nuestro entorno.

Personalmente creo que una solución para los beneficios del grano, sería crear un centro de transformación de la broza. Se podría coordinar con los encargados pertinentes para que suministren la materia prima, que para ellos sólo significaría basura. Una vez llegado a un acuerdo, surgiría la responsabilidad de construir la infraestructura del centro, lo cual sería elaborada con inversiones propias de los cafetaleros y por medio de donaciones nacionales y extranjeras.

Conjuntamente con esta crítica y con el concurso de otros especialistas, se podría desarrollar sistemas que posibiliten la independencia de la energía eléctrica, esto con el propósito de que no haya un paro en la elaboración del producto. Sugiero la utilización de paneles solares para abastecer de energía a los hornos, para el secado y tratamiento del material y como Costa Rica es un país de clima tropical, los paneles resultan una alternativa ventajosa, pues estos pueden almacenar el calor para los períodos de invierno.

El tratamiento del material sería crear un abono altamente factible para colocarlo en mercados mundiales. Esto se puede realizar mediante la aplicación de una fórmula de origen chino llamada "bocache". El procedimiento consiste en mezclar una serie de minerales naturales con la broza de café, luego, fermentarla hasta lograr un secado profundo y un excelente producto orgánico, garantizable como fertilizante y con el debido respecto al ambiente.

Como sabemos, para llevar a cabo lo anterior, se necesitan trabajadores, por lo tanto, se ayudaría a canalizar otro problema de la sociedad, el desempleo. Como las generaciones pasan, la gente pronto necesitará ser sustituida. En mi opinión, una forma de hacerlo es fomentando el poder analítico ambiental a través de la educación.

El proceso educativo desempeña un papel protagónico, así que se podría elaborar todo un plan formativo e integral con niños de primaria, diseñando un curriculum escolar, contextualizado y profundo que posibilite los aprendizajes básicos para lograr los cambios necesarios de un problema a una solución positiva.

Se ampliaría el saber, llevándolos a los centros de transformación del residuo del café, para que vayan investigando y haciendo experimentos que fomenten su aprendizaje. A la vez, estos pequeños servirían como canal, para que el mensaje de concienciación se transmita a los adultos y, poco a poco, la sociedad se empaparía del asunto.

Básicamente, pretendería que esta experiencia se construya en una oportunidad de enseñanza para todos, donde especialistas, cafetaleros y miembros de la comunidad se involucren de manera amplia en el desarrollo de alternativas productivas que aminoren el problema de impacto.

Considero que, más que destacar como una buena científica o tecnóloga, con perspectivas individualistas, lo más importante es integrarme activamente a la sociedad, en la búsqueda y desarrollo de respuestas ingeniosas, que nos permitan atender de forma sabia los problemas que cotidianamente nos aquejan.

Recalco que el mejor legado que le podemos brindar a nuestro mundo, es la preservación del ambiente, y por ende, la oportunidad para que cada individuo desarrolle todos sus conocimientos y aportes en las distintas ramas de la ciencia. Así, en conjunto, forjemos un compromiso que traiga beneficios a los pobladores de nuestro singular planeta.

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Ganador del Tercer Lugar:
Diego Alejandro Aguirre Abarca
Estudiante del Liceo Juan Viñas

"Si yo fuera científico (a)..." "Si yo fuera tecnóloga (o)..."

Al pensar en qué voy a trabajar cuando sea mayor, siempre me viene a la mente la idea de ser un investigador, es una labor interesante, entretenida y que puede ayudar a mis semejantes, puesto que la ciencia ha sido parte del progreso del ser humano a lo largo de la historia, esto se puede notar a simple vista ojeando un poco nuestro paso por este planeta.

Un aspecto fascinante y poco conocido es la ética profesional de los científicos, la cual les prohibe guardar un secreto que pueda ayudar a la humanidad o patentar sus descubrimientos con el fin de obtener dinero de ello. Si se desea llegar a ser uno de ellos debe comprometerse con esta ética, pues sin compromiso y sacrificio, no se puede conseguir ese ideal.

El ansia del hombre por comprender la naturaleza es lo que conduce a la existencia de la ciencia de las personas que investigan. Lo más importante de esto es que, si nos ponemos a pensar, descubrimos que todos tenemos una pequeña chispa de científico, reflejada en la curiosidad y búsqueda de respuestas a los dilemas de la vida cotidiana.

Cuando la gente pregunta a los niños ¿qué quieres ser cuando crezcas? Muchos de ellos responden: un astronauta, un científico o cosas similares y los adultos se muestran indiferentes ante estas ideas infantiles porque creen que son puras fantasías. No entienden que los jóvenes son los adultos del mañana y que si no les prestamos atención, estamos destruyendo esa esperanza de que el hombre progrese en bien de la Humanidad y la Ciencia.

Como científico, permitiría a los niños observar hacia el interior del laboratorio, mientras trabajamos y escuchar sus exclamaciones de asombro al explicarles sucesos de la naturaleza, sembrando así la semilla para la propagación de la ciencia y la tecnología en las mentes jóvenes y despiertas, al igual que hicieron y harán los sabios de todo el mundo, que con su esfuerzo ayudan a permitir la existencia de estas ramas del conocimiento humano. Trato de ser un maestro, sí al explicar a alguien algo que no comprende, al ayudar a los demás, al conocer mejor a los otros y a mí mismo, puesto que el sabio no es el que conoce a los demás, sino que es el que se conoce a sí mismo. La objetividad es el punto de partida para quien como yo, desea llegar a ser un científico, pues se debe tener una conciencia crítica hacia lo que se investiga, encontrar el motivo que causa ese fenómeno y explicarlo con los conceptos verificados hasta el momento, porque toda teoría científica puede rebatirse al ahondar en la exploración de las manifestaciones que le han dado origen y por ende, es susceptible a sufrir modificaciones que expliquen mejor lo investigado. Así la Ciencia evolucionará junto a la Humanidad, para construir un mejor futuro.

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Ganadora del Cuarto lugar
Marilyn Sánchez Sotela
Estudiante de Décimo año del Liceo Nuevo de Limón

"Si yo fuera científico (a)..." "Si yo fuera tecnóloga (o)..."

Estando a las puertas de un nuevo milenio, el ser humano debe prepararse para enfrentar una serie de retos en los cuales le será indispensable ir de la mano con la ciencia, pues los años no pasan en vano y el surgimiento de nuevas enfermedades por causa de la contaminación y otros factores del ambiente presentarán un verdadero problema para el ciudadano del siglo XXI.

Por eso, si yo fuera científico, contemplaría entre mis metas, la búsqueda incansable de nuevos medicamentos que verdaderamente vengan a ayudar al ser humano a subsistir en nuestro ya maltrecho mundo. Exigiría además a nuestro gobierno una mayor participación de la economía para cumplir y hacer cumplir los ideales de superación de la juventud, porque pienso, que un científico no puede basar su vida en descubrimientos y teorías mediocres, sabiendo que más allá de sus limitaciones existen mejores medios para alcanzar objetivos muy ambiciosos.

La ciencia y sus beneficios tienen un valor insospechado en la sociedad, personajes reconocidos en la historia científica, tal como nuestro trapito de dominguear "Franklin Chang Díaz", son verdaderos ejemplos de hombres y mujeres que ayudan a motivar a los jóvenes a tomar esta profesión no sólo como un empleo, sino como una contribución muy valiosa al desarrollo de nuestra sociedad.

Si yo fuera científico orientaría mi trabajo hacia la consecución del conocimiento, teniendo siempre una visión más amplia del mundo, de las relaciones del pueblo, de la dinámica de la vida y ante todo, mantendría muy en alto la verdadera razón de mi vocación: "ayudar al ser humano, tratando de facilitar sus medios de vida".

Avanzaría con el tiempo y enfrentaría mis adversidades con sabiduría, sin retroceder jamás, pero siendo consciente de que no soy un genio, y enseñándome a mí misma que la mejor manera de trabajar, es estando en comunión con los demás, sobre todo con el Ser Supremo (Dios), por eso induciría a la juventud a conocer mejor el medio científico, utilizando operaciones intelectuales, desarrolladas de tal manera que pueda realizar inferencias deductivas e inductivas de gran calidad, así como también emplear instrumentos que les permita tener acceso al estudio de cualquier ciencia, porque en lo personal, yo gozaría de ser una persona de criterios amplios y grandes logros, como quizás algún día, encontrar la cura para el SIDA o mejorar la bomba de cobalto para que esta no tenga efectos radiactivos secundarios, dejando de lado por un instante el estudio de los fósiles, porque el presente es tan importante como el pasado.

Si yo fuera científico, trataría de ser el orgullo de mi país, porque aunque quizás no poseo los instrumentos de Japón, ni la economía de los Estados Unidos, considero tener la capacidad y motivación necesarias para llegar a ser un científico de calidad y muy capacitado para sobrellevar tal cargo, pues confío en mis raíces.

Sin embargo, aún soy joven y a muchos parecerán pretenciosos mis ideales, pero no lo son, porque los jóvenes debemos aprender a trazar nuestros sueños como metas desde ahora para prepararnos e ir desarrollando poco a poco nuestras capacidades, y es mi opinión que trataría de cambiar el mundo para bien... "Si yo fuera un científico"

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Ganadora Quinto Lugar
Isaura Rojas Ortega
Colegio Danilo Jiménez Veiga, Corralillo de Cartago

"Si yo fuera tecnóloga (o)..." "Si yo fuera científico (a)..."

Si yo fuera tecnóloga me ocuparía del proceso científico para preparar conservas y jugos de productos agrícolas, especialmente tomate, abundante por épocas en nuestras comunidades. Y con precios tan variables que en algunos ocasiones dejan pérdidas cuantiosas a los agricultores de ese fruto tan nutriente y sabroso.

Es doloroso ver cómo en épocas de mayor producción, los campesinos participan de ferias agrícolas y regresan a sus casas con la mayoría del tomate que no han podido vender, por la abundancia de dicho producto.

En ese momento desesperante, para ellos y para quien los admira y valora donde nace la inquietud de crear una procesadora que tome este producto, se lo compre a un precio justo, lo procese en la misma comunidad, para luego venderlo enlatado en jugo para el consumo nacional y tal vez exportarlo.

definitivamente, plantas procesadoras para alguno productos agrícolas sería la solución al grave problema económico que hoy enfrenta el pequeño agricultor costarricense, quien a menudo pierde parte de sus cosechas de productos no almacenables como el tomate.

También nuestro pequeño agricultor hoy siente temor a la hora de sembrar, un producto que no le garantiza un precio estable ni un mercado fijo que le demande la salida de su producción, por carencia de una agricultura planificada.

Creo que una finalidad de la ciencia y la tecnología es la de mejorar la condición humana en el aspecto económico. Y especialmente debe estar al servicio de los más necesitados, de los que trabajan y con sangre y sudor cosechan la tierra, produciendo así el milagro de la vida y el alimento cotidiano.

Es por esas reflexiones que antes apunté, que si yo fuera tecnóloga llevaría a los campos o zonas rurales alejadas, el proceso de la tecnología, para mejorar la condición de vida de nuestros campesinos. Y abrir nuevas rutas de desarrollo agrícola con productos que se puedan procesar en el campo donde se producen, así no se perderá el fruto de nuestros suelos siempre aptos para la agricultura.

La agricultura sostén económico de miles de familias costarricenses, la agricultura limpia y sagrada que ofrece al hombre un medio sublime de subsistencia, hoy se ve amenazada porque "ya no deja ganancia" como dicen acá en mi pueblo. Y cada día son menos los agricultores.

Urge desplazar la educación tecnológica hacia las zonas rurales netamente agrícolas e iniciar un proceso educativo, una alfabetización de conocimientos, en la tecnología del proceso que llevan los productos al ser preparados para obtener jugos y conservas. Para que el campesino vaya aprendiendo una nueva modalidad de la agricultura.

Esto les ofrecerá ganancias fijas, menos temor al hacer sus siembras y mejoraría el mercado nacional, porque se tendrían productos enlatados propios de nuestro suelo a mejor precio y calidad.

El mercado laboral mejoraría porque trabajarían más agricultores y con mejores ganancias porque la procesadora puede ser propiedad de los mismos productos unidos, orientados por un profesional de la zona.

Indiscutiblemente, al ser absorbidos laboralmente los campesinos por tal empresa propia, solucionarían un problema grave que sufre hoy la sociedad costarricense y es la emigración del campesino a la ciudad en demanda de mejores mercados laborales y mejores salarios.

En conclusión, pienso que una proyección de conocimientos tecnológicos, en la elaboración de alimentos enlatados con productos agrícolas como el tomate, hacia las zonas rurales sería una educación muy significativa porque se ajusta a las necesidades de la comunidad.

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Mención Honorífica
Luis Armando Vargas Morera
Estudiante Sétimo año del Colegio Diurno de Palmares

"Si yo fuera científico (a)..." "Si yo fuera tecnóloga (o)..."

Hace pocos días, no recuerdo con exactitud si cuatro o cinco, estuve observando un reportaje informativo que se estaba transmitiendo y se refería a un ambicioso estudio realizado por un joven alemán.

El proyecto consiste en transportar cargas pesadas y pasajeros en un enorme globo dirigible llamado Zeppelín. Este voluminoso aparato que mide setenta metros de largo y cuarenta de ancho, está inflado con gas helio y es impulsado por unas hélices.

Colgando en la parte inferior de este gigante de las alturas, se encuentra la barquilla de carga o pasajeros, dotado de cables y ganchos capaces de levantar pesadas cargas, que podrán ser transportadas directamente desde el punto donde se producen hasta el punto de destino final con ahorro de costo, tiempo y sin el consabido deterioro de los sistemas de puentes y carreteras.

El proyecto en sí, es fantástico y revolucionario pues evitará la contaminación y el ruido y, la energía requerida la toma del sol por medio de paneles.

Luego, quedé meditando largo rato en lo que podría ser si fuese científico. Pensé, esto es magnífico, extraordinario y digno del siglo XXI. Mi mente se dio un paseo cabalgando sobre las alas del viento a través del tiempo y la historia, me fue posible ver el pasado y futuro de la humanidad.

Desperté la mañana siguiente pletórico de sueños e ilusiones y convencido de lo que haría si llegara a ser un gran científico.

Trataré de ser un hombre humilde y modesto como Franklin Chang. Seré igual que fue Cristo, escuchando a los demás y doliente con la enfermedad y sufrimiento ajeno. Entonces me dije, oye joven, esta tarea es más que una vocación, es un deber sagrado. Ellos no investigan por curiosidad ni sus deducciones son antojadizas, tampoco buscan la honra o la fama pues estas no le interesan, sino que su fin único es aportar soluciones a los problemas que afectan a la humanidad.

Recordé que en mi viaje por el tiempo pude ver testimonios de esta actitud en personas como: Cristóbal Colón, Benjamín Franklin, Thomas Edison, Albert Eistein, Beethoven y muchos más. En este punto fue imperativo buscar papel y lápiz para plasmar mis ideales resumidos aquí.

Quiero ser científico y luchar contra la contaminación. Buscaré formas para encontrar el equilibrio ecológico con el medio ambiente. Es por eso que me impresionó mucho lo del transporte silencioso en dirigibles o Zeppelines. Trabajaré apenas con el descanso necesario para contribuir en la producción de alimentos, en la conservación de las especies, en la búsqueda de vacunas y medicamentos para terribles enfermedades como el cáncer, la leucemia y el SIDA. También, lucharé contra los males con herramientas más humanitarias que el poder del dinero, del que sacaría provecho sólo para prevenir y atender necesidades derivadas de catástrofes naturales.

Como ven, esta tarea es más difícil de lo que parece, por lo que asumí el reto sellando con firma y fecha lo escrito. Me dije enseguida, aquí no hay campo para el desánimo y me puse a estudiar.

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