Boletín
octubre 2006
El público y los museos de
ciencias
Algunas consideraciones
INTRODUCCION |
Héctor
G. Riveros, Instituto de Física y Universum,
Universidad Nacional Autónoma de México Julián Betancourt, Museo de la Ciencia y el Juego, Universidad Nacional de Colombia |
INTRODUCCION
En el mundo globalizado en que vivimos hay cambios profundos en nuestra manera de vivir, asociados al auge en las comunicaciones y al rápido acceso a las fuentes de información. Los ciudadanos del mundo requieren entender las maravillas que nos rodean, tanto para ser usuarios como contribuyentes a la generación del conocimiento. Paralelamente la juventud cambia sus metas y hay un decrecimiento global en las carreras universitarias asociadas a las ciencias. Hace 50 años los estudiantes con los mejores promedios buscaban carreras de ciencias, actualmente eso ya no es cierto Para ser honestos, debemos recordar que hubo un incremento muy marcado en las carreras de ciencias cuando se puso en órbita al primer satélite artificial de la Tierra, y quizá estamos viendo el regreso a la normalidad después de un pico de entusiasmo.Tratando de recuperar el entusiasmo y cambiar la imagen árida de las ciencias, en todo el planeta hay un incremento notable en el número de museos interactivos de ciencia y tecnología. El año internacional de la Física 2005 fue un esfuerzo en ese sentido. El público acude a los museos por múltiples razones, entre ellas para tener una sana diversión, buscar aspectos culturales y actividades sociales e inclusive para aprender cosas. Pero estos museos tienen dos tipos de público: los que van por gusto y los que los llevan como parte de una actividad escolar.
En este último caso, suelen ser llevados a ver ciertos montajes, módulos o equipamientos bajo la guía de un anfitrión que les explica durante la visita. Suelen pasar parte del tiempo copiando las cedulas o guías escritas de carácter explicativo que les piden sus profesores y que de alguna forma las usan como complemento para sus actividades escolares.
Esta es una situación de común ocurrencia en los museos, de tal manera que es conveniente fomentar en los profesores el que envíen a sus estudiantes a realizar experimentos en el museo; que ellos puedan tomar los datos experimentales correspondientes para interpretarlos en su escuela con su profesor. Algunos de los módulos pueden fácilmente transformarse a experimentos, con lo cual se puede incrementar la utilidad del museo para sus visitantes. Se puede poner en la pagina de Internet el catálogo de experimentos a realizar y datos típicos obtenidos, para que los profesores sepan exactamente lo que pueden pedir, e inclusive interpretar sin asistir al museo.
SOBRE EL DISEÑO
Esta forma de obrar pone en evidencia varios aspectos que convienen evitar. Por un lado, los módulos cuya manipulación conduce a un resultado fácilmente previsible y *sus secretos* se agotan inmediatamente con su uso. Por otro, aquellos que tienen fallas en su diseño y su utilización se convierte casi en una hazaña y por lo tanto se abandona muy rápidamente. Un tercer caso consiste en aquellos cuya información no es clara en cómo se manipula; el módulo no es fácilmente explorable ni su forma sugiere su utilización, de tal manera que el visitante no se anima a meter la mano ni la mente.A lo anterior se debe agregar que a menudo se encuentran módulos fuera de servicio por descompostura que van a frustrar a los visitantes y a dar una mala imagen al museo, especialmente si ocupan mucho espacio. El visitante espera que todo funcione y se siente molesto si no tiene acceso a todo lo que ofrece la exposición. Es mejor que haya pocos módulos que impacten y sean relevantes, y no muchos de poco impacto o descompuestos. En este sentido deben revisarse los programas de mantenimiento y rediseño ya que posiblemente tengan fallas.
Uno de los placeres que se experimenta en estos museos es el asociado a entender. Entender es placentero. Un módulo cuyos resultados son obvios proporciona un placer mínimo, pero uno confuso, que no se entiende, proporciona el disgusto de sentirse idiota, o fomenta la idea de que la ciencia es distante, no pertenece a la vida cotidiana y es solo para los científicos, reforzando de esta manera imaginarios sociales perjudiciales que construyen actitudes negativas hacia la ciencia y en general hacia el conocimiento.
Para evitar lo antes expuesto, es necesario que el diseño de la exposición y su puesta en escena brinden un clima apropiado que propicien espacios de emoción y de interacción social y cognitiva de los visitantes. El diseño de una exposición es un proceso complejo con fases interdependientes y congruentes entre sí, lo cual no siempre se logra. Una parte importante del proceso es el diseño de módulos, montajes o equipamientos interactivos, uno de cuyos retos es lograr una buena comunicación textual, gráfica y objetual congruente con la exposición. No debe olvidarse que en el diseño está gran parte de los mensajes que se quiere que construya el público y además que él va a reflejar las nociones básicas que sobre la ciencia tiene el equipo encargado del diseño y por supuesto el museo.
El arte de diseñar los módulos consiste en presentarlos de manera que toda clase de público, desde los niños hasta la tercera edad capte algo. El diseño debe incitar a niños y adultos a interpretaciones mas sofisticadas, de acuerdo con sus experiencias previas y a sus posibilidades intelectuales.
El problema radica en cómo se puede incitar a la curiosidad intelectual de los asistentes diseñando creativamente los módulos. Cada uno de ellos tiene un objetivo que suele describirse en la cedula o guía escrita correspondiente, sin embargo se ha observado en nuestros museos que el público no suele leerlas, y si el módulo en sí no es atractivo, el visitante pasa de largo. Visitando otras instituciones y observando a sus visitantes, sabemos que este es un problema de común ocurrencia en los museos (1).
Fig 2.- Imán en el centro con la orientación opuesta al campo magnético terrestre. Si el imán móvil está en el plano de las brújulas, su campo que las afecta es también horizontal y la brújula no tiende a clavarse, girando libremente. Si el imán esta orientado en el sentido contrario del campo magnético terrestre, las brújulas cercanas se alinean con el campo del imán, pero las lejanas las controla el campo magnético terrestre. Se forma una especie de burbuja, con las brújulas en el interior con una orientación, y las exteriores desviándose sin pasar por la burbuja (Fig. 2). Si el imán tiene la orientación contraria, se observa que jala las líneas de fuerza atrayéndolas, haciéndolas pasar por su interior. Si se usa un imán fuerte se visualizan las líneas de campo un poco más lejos que si el imán es débil.
Otra cuestión interesante se refiere a las brújulas utilizadas. Si se colocan muy juntas es posible que la interacción entre ellas sea mayor que con el campo magnético terrestre, existe entonces la posibilidad de observar dominios magnéticos (Fig. 3). Con una cédula normal, que no se lee, el público mueve el imán moviendo las brújulas cercanas, creyendo que se esta demostrando lo que ya saben, que un imán mueve a otro, y se retiran antes de que las brújulas lleguen a la posición de equilibrio. Una forma de empezar a solucionar esta situación consiste en colocar un letrero, en letras grandes y llamativas, que diga por ejemplo:
¿Hasta dónde crees que llega el campo magnético del imán? Quizás acompañado de otra pregunta en letra un poco más pequeña del tipo:
¿Puedes descubrir cómo se suman los campos magnéticos?
Fig 3.- Brújulas interactuando como los dominios en un imán. Estas preguntas, que deben ser pensadas con lucidez, tienen el objetivo de incitar al espectador a observar lo interesante del módulo, a explorarlo, a comparar y relacionar con otros módulos, a inferir y argumentar. Si se despierta su curiosidad y quieren saber el porqué, pueden leer la cedula que debe facilitar la explicación de lo observado, incitar a la exploración de otros módulos relacionados y a consultar la página de Internet del museo que estén visitando.
Otro ejemplo de módulo que requiere buenos letreros es aquel en la que se muestra imanes flotando en un plato rodeado por imanes fijos. Como éstos forman un pozo con simetría cilíndrica, los imanes flotando se acomodan en formas simétricas de manera análoga como lo hacen los átomos en un cristal. Dado que son repelidos, se acomodan buscando la mínima energía en el pozo de potencial en que se encuentran, que coincide con fuerza neta igual a cero para cada imán flotando libremente. Lo profundo del pozo depende de la intensidad de los imanes y del número de imanes fijos. El mismo efecto se logra colocando una bobina alimentada con corriente continua en donde la magnitud de la corriente controla la profundidad del pozo de potencial. Podemos convertirlo en pico de potencial invirtiendo el sentido de la corriente continua.
Si se coloca un solo imán flotando, se observa que siempre se regresa al centro del plato. La manera más simple de mover los imanes flotantes es que el visitante los perturbe mediante la manipulación de otro imán externo. Como no leen las cédulas, que en estos casos suelen ser largas, lo que se observa es que los visitantes acercan el imán externo, ven que se mueven los imanes flotando y concluyen que un imán mueve a otro imán, conocimiento que ya tenían. Conviene entonces enfocar la atención con una o dos preguntas tales como:
¿Por qué el imán se regresa al centro?
¿Dónde crees que la fuerza es cero?
La cédula correspondiente debe dar una explicación clara y sencilla sobre lo que es el equilibrio y que éste implica fuerza neta igual a cero. Si se ve conveniente, se puede combinar con gráficos descriptivos de qué es un pozo de potencial y que si se sale del centro del pozo se encuentra una fuerza de restitución que lo devuelve. Sin embargo se debe tener cuidado en no alargar innecesariamente el texto y en el lenguaje empleado.
Fig. 4.- Seis imanes flotando se acomodan en un pentágono centrado en equilibrio. Cambiar la configuración requiere una energía de activaciónEn el caso de 6 imanes flotando, las figuras posibles son dos: el pentágono centrado, Fig. 4 y el hexágono Fig. 5. Moviendo el imán externo con cierto cuidado puede observarse la existencia de una energía de activación diferente para pasar de una a otra configuración. Se puede enfocar la atención con preguntas como: ¿Observas que los imanes perturbados regresan a figuras simétricas?
¿Crees que estas figuras corresponden a fuerza cero?
¿Cuál figura con imanes crees que tiene mayor energía?
Como es obvio, el caso de 6 imanes es más complejo que el de uno solo. Las tres preguntas anteriores sólo son un ejercicio que pretende mostrar el problema que se enfrenta al formularlas. Las tres preguntas presentan grados de dificultad distintos y su complejidad es diferente, lo cual muestra que la realización y selección de las preguntas debe ser muy cuidadosa. El diseño de las cédulas y de los letreros o preguntas mencionadas, que tienen un carácter de atractores, exige esfuerzo y creatividad en la elaboración de los mensajes, la utilización de la mínima información requerida y el lenguaje utilizado. Estos letreros - que a veces incitan a la acción, o a los retos o ponen de presente un misterio que debe ser develado ? deben ser congruentes con las cédulas, con toda la estructura de mensajes de la exposición y contribuir a lograr un ritmo dinámico de la visita.
Como es obvio el esfuerzo y la creatividad es extensiva a todo el diseño involucrado en los textos, gráficos, fotografías e ilustraciones.
Fig. 5.- Seis imanes flotando se acomodan formando un hexágono en equilibrio. Cambiar la configuración requiere una energía de activaciónEn éste, como en todos los casos que se presentan en la interacción exhibición - público, las sugerencias de los visitantes son la mejor guía para mejorar el funcionamiento de la exposición, lo cual puede influir en la buena imagen del museo. Este proceso debe estar acompañado necesariamente de una actitud crítica y reflexiva sobre lo que se hace y se muestra, y combinarse con una rutina de evaluación de la exposición en todos sus aspectos (que permita detectar tempranamente las fallas y subsanarlas), mejorando así la exposición y la interacción con el público. El conjunto de estas prácticas contribuirá a tener experiencias excitantes y visitantes deseosos de volver.
(1) Leer textos de una exposición no es lo mismo que leer un libro, piénsese sólo en las condiciones físicas de las dos lecturas. Cómo leen los visitantes es algo que se está investigando y tiene facetas controversiales. Para nosotros este tipo de lectura guarda similaridades con la lectura que se puede hacer en un espacio público como una calle o una avenida un centro comercial. Para introducirse en estas materias se puede ver el artículo de V. Beer Great expectations: do museums know what visitors are doing? En Curator, 30. Eilean Hooper-Greenhill toca el tema en el capítulo 7 de su libro Los museos y sus visitantes, Ediciones Trea, España 1998. En el libro The Museum Experience de Falk y Dierking también se reflexiona sobre el tema. ---------------------------------
La RED POP, es una red interactiva que surge de la convocatoria realizada por UNESCO en 1990 y reúne a centros, museos y programas de popularización y divulgación de a ciencia y la tecnología en América Latina y el Caribe. Funciona mediantes mecanismos regionales de cooperación que favorecen el intercambio, entrenamietno y aprovechamiento de recursos entre sus miembros. |
A Red-POP é uma rede interativa que surge de uma convocação realizada pela UNESCO em 1990 e reúne centros, museus e programas de popularização e divulgação da ciência e tecnologia na América Latina e Caribe. Funciona mediante mecanismos regionais de cooperação que favorecem o intercâmbio, o treinamento e o aproveitamento de recursos entre seus membros. |
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