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[boletincientec] Volcan Turrialba, Despierta despues de casi 144 años de dormitar, Red Sismologica Nacional



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www.cientec.or.cr/mhonarc/boletincientec/doc/index.shtml
 
 

Boletín CIENTEC, enero 2010   San José, Costa Rica
 


http://www.rsn.geologia.ucr.ac.cr/

Despierta después de casi 144 años de dormitar
Por Guillermo E. Alvarado, Gerardo J. Soto y Wilfredo Rojas
Red Sismológica Nacional (RSN: UCR-ICE)

Informe en pdf para descargar

 
Origen del nombre   .   Actividad volcánica pasada   .   Reactivar (1996-2010)  .   Situación actual   .   ENLACE

El volcán Turrialba (aprox. 3340 m s.n.m.) es un volcán complejo que se localiza 24 km al noroeste de la ciudad del mismo nombre y comparte la misma base con el volcán Irazú (volcanes hermanos). Las laderas del macizo poseen pendientes desde fuertes a escarpadas en el lado norte, y más moderadas en su lado este; su área es de 500 km2, aproximadamente. Este volcán es el más oriental de la cordillera Volcánica Central. No obstante, su posición se sale del alineamiento general de la Cordillera, pues se ubica hacia el noreste del Irazú.

La historia geológica del Turrialba se inició con conos compuestos localizados probablemente hacia el suroeste del actual cono, en una posición acorde con el frente volcánico. El volcán Finca Liebres, al suroeste del Turrialba se edificó, a lo largo de la zona de debilidad cortical. El cono actual y más joven está compuesto principalmente de lavas y flujos piroclásticos, que han sido agrupados en 14 unidades geológicas, principalmente coladas de lava. Debe acotarse acá que la cima del Turrialba es cortada por fallas que definen una depresión central en la cúspide. Sobre esta área de debilidad tectónica se ha instalado el propio volcán, los dos conos piroclásticos Tiendilla y El Armado, han ocurrido derrames de lava, y fue favorecido el evento de avalancha volcánica hacia el noreste del volcán. El cráter actual aloja tres cráteres bien definidos, otro parcialmente sepultado y otro colapsado, además de pequeñas bocas intracratéricas. Se alinean según la depresión cuspidal en dirección NE-SW.

Hace 17 000 años se desarrollaron otra serie de eventos de avalancha volcánica que se
extendieron a lo largo de casi todo el valle de Turrialba con espesores de hasta 80 m, y llegaron hasta la confluencia de los ríos Tuis y Reventazón. Este depósito es rico en troncos de madera, incluyendo robles de altura, que fueron arrasados por el megadeslizamiento volcánico, justo en el tiempo en que la época de hielo (glaciar), estaba en su apogeo.

Otro evento menor de avalancha volcánica, posiblemente más reciente (quizás de tan sólo unos pocos miles de años de antigüedad), se observa muy bien en los alrededores de la población de Santa Rosa (2 km al noreste de la ciudad de Turrialba), en donde una serie de lomas caóticas compuestas por bloques de lava de diversa composición dejan entrever la magnitud del evento.

Todo ello sugiere una compleja historia de construcciones y de destrucciones, que han creado otros volcanes tales como el Dos Novillos, ubicado al noreste del cráter del Turrialba, y muchos otros más, hoy día destruidos por los efectos de la erosión y la actividad volcánica pasada.

Origen del nombre
Este volcán, junto con sus hermanos el Poás e Irazú, poseen las discusiones más controvertidas acerca de su etimología. Aparece escrito en documentos antiguos de diversas formas: Turiarba, Turrialva, Turriarva, Turi alba, Torralba y Zuriarba.

Se dice que muchos años después de la famosa y hermosa india Cira, cuando llegaron los españoles a aquella región, se quedaron sorprendidos de ver aquel volcán que echaba humo blanco; le dieron el nombre de Turrealba, del latín Turris alba o torre blanca. Con el paso de los años, llegó a llamarse Turrialba. De igual modo, el naturalista alemán Alexander von Frantzius considera en 1861 que su nombre se deriva de 'turris alba' debido a que la cima resplandece deblanco. Esto puede verse particularmente acentuado en las mañanas frías cuando la escarcha tapiza la alfombra verde y el sol resplandece en los finos cristales de hielo.

No obstante, don Cleto González Víquez opina más bien que dicho nombre tiene un origen indígena. La palabra Turru o Turu se encuentra en muchos vocablos indios: Turrúcares, Turrubares, etc., y la terminación ral, españolizada en ra, se halla en Curriara, Barra, Mayara y otros. Según don Carlos Gagini en 1917, el nombre de Turrialba aparece por primera vez en
1569 y se escribía Turrialva o Turiarba o en 1608 como Zurriarba. Agrega Gagini que su etimología no parece ser muy clara; pudiera ser un derivado del azteca tullin, junco o tule, que los huetares pronunciaban turin, o un compuesto híbrido del tarasco turiri, fuego y aban, río, es decir río de fuego. En otros documentos aparece escrito como Turi alba, Turriarva o como
Torialba.

Otra interpretación es que se trate de una huetarización de algún término cabécar que originalmente llevaba el sufijo 'batá', por la condición extrema o última del volcán Turrialba en la cordillera Central. En un documento de 1820 consultado por don José Fidel Tristán, al volcán Turrialba se le pudo llamar 'Pan de Suerre', siendo Suerre el nombre indígena del río
Reventazón. que significa tortuguero (sue: tortuga de carey; ri o re: río).

Actividad volcánica pasada
En los últimos 3500 años, se han verificado al menos 6 eventos explosivos de importancia en el Turrialba, del más antiguo al más reciente tenemos: 1500 a.C., 1420 a.C., 800 a.C., 50 d.C. (de todas la más violenta), 650? d.C., y finalmente 1864-66 d.C. En efecto, la única actividad eruptiva histórica comprobada en el Turrialba ocurrió entre setiembre de 1864 y marzo de 1866.

Durante este período eruptivo, se dieron deslizamientos cerca del cráter activo, así como gran destrucción en el área cuspidal. La erupción se prolongó por casi 2 años y llegó incluso a caer ceniza en San José, Atenas, gran parte del Valle Central Occidental y hasta Puntarenas, pero claramente no en grandes cantidades.

Previamente, al parecer, sólo se divisaron fumarolas en el cráter central, de mayor o menor vigor, distinguibles desde varias partes del Valle Central, que en su mayoría fueron confundidas con erupciones, tales como en los años 1723, 1847, 1853, 1855 y 1858-60, y 1863, que más bien parecen corresponder con una intensa actividad exhalativa (salida vigorosa de gases) pero no de cenizas.

Resulta interesante, que aunque varios naturalistas ascendieron al Irazú o al Poás en la década de los años 50 del siglo XIX (p.ej., Hoffmann, Frantzius, Meagher, entre otros), nadie lo hiciera al Turrialba, pese a los supuestos reportes de actividad. Probablemente, no existía un trillo de acceso con similares facilidades, y quizás los guías indígenas tenían profundos temores.
Posteriormente a la actividad explosiva en 1866, y hasta 1995, sólo habían habido manifestaciones fumarólicas en los cráteres central, suroeste y entre ellos, de baja temperatura (45-90°C), con aporte sulfuroso, y consecuente precipitación de azufre, mineral que fue explotado en el pasado en forma artesanal.


Dibujo del naturalista Thomas Francis Meagher en 1858 en donde se veía al Turrialba en
plena actividad exhalativa (vapores) similar a que presentó en los últimos años del siglo XXI.

Ilustración del geólogo alemán Karl von Seebach tal y como vio al Turrialba en plena erución de cenizas en 1865.
 

Reactivar (1996-2010)
A partir de marzo de 1996, la actividad solfatárica y sísmica del Turrialba venía registrando alzas y bajas, intensificándose particularmente desde el año 2003 con la aparición de nuevas solfataras y fracturas en el terreno entre los cráteres central y suroeste, así como actividad
sísmica, situación que se mantuvo hasta hace unos días. Las fumarolas llegaron a alcanzar incluso 280ºC y la intensa actividad exhalativa con penachos de vapor (confundidas por los lugareños con erupciones), particularmente observables en las mañanas dadas las condiciones climáticas, marcaban un cambio notorio con respecto a años pasados, situación que comenzó a presentarse desde marzo 2007, y teniendo por episodios más importantes entre abril-mayo del 2007 y julio de ese mismo año, y en abril-mayo del 2009.

Para octubre 2009, las señales sismológicas en la cima registradas por el RSN (UCR-ICE) mostraban una marcada disminución, teniendo para setiembre hasta unas 70 señales y unos 10 ruidos volcánicos del tipo tremor, bajando para octubre, aunque la cantidad de gases no
disminúa. Para finales de octubre del 2009, hubo un nuevo pico de sismos tectónicos y el 28 de ese mes se registrjó un tremor por 5 minutos con una frecuencia anómala.

La mezcla de gases ácidos (SO2 y Cl principalmente) con la humedad ambiental y las nubes, han promovido la formación de nubes ácidas con su consecuente precipitación como lluvia ácida (pH o grado de acidez inferior a 5,6), sobre todo en el sector occidental, debido a que los vientos regionales que soplan desde el sector caribe (del E y ENE a W y WSW, similar al sector C del mapa de peligros adjunto).

Los registros del volcán hasta el domingo 3 por la tarde se mostraban con actividad 'normal', pero el lunes 4 de enero a partir de las 10 a.m. se registró un súbito cambio en las señales, y particularmente el 5 se incrementaron el número de tremores (ruido volcánico) de larga duración y constantes (unos 4 por hora con una duración de 10 a 20 minutos), sin presentar evidentes señales de fracturación tectónica interna pero si abundantes señales volcánica de baja frecuencia denominadas por los vulcanólogos como de tipo B. Pero a partir de las 2 p.m. del martes 5, los tremores comenzaron a ocurrir prácticamente en forma constante. Dos vigorosos eventos se presentaron a las 2:29 p.m y a las 2: 45 p.m., que corresponden con los primeros reportes de ceniza, que se mantienen hasta avanzada la noche, cayendo principalmente en La Central, La Silvia, Capellades y ceniza más fina en Tierra Blanca, Llano Grande y leve en Tres
Ríos, a unos 25 km al suroeste.

Una interpretación preliminar con base en las señales sísmicas es que la ceniza es material lítico de las paredes del cráter (no es material de magma nuevo o juvenil, sino material de rocas alteradas, de color blancuzco) expulsado por fumarolas de alta presión, tipo jet (los vecinos reportaron sonidos de este tipo).

El tipo de señal sísmica no ha mostrado cambios hasta el día de hoy (5 de enero, 9 p.m.) que sugieran otros cambios magmáticos. Sin embargo, las pobres condiciones climáticas imperantes, desfavorecen conocer la situación real en la cima. Así, después de casi 144 años de inactividad, el Turrialba renueva su período eruptivo.

Situación actual
Ya se evacuaron personas y se tienen hay alberges abiertos. El sistema eléctrico ya se reestableció en La Pastora pero en la Central todavía no hasta que se tenga visibilidad una mejor evolución de la situación. Parece que la mezcla de ceniza con lluvia, que causa barro, afectó los enlaces de corriente eléctrica en la vecindad del volcán, en la tarde. Las cuadrillas del ICE lograron restablecer la corriente eléctrica hasta La Fuente y trabajan en restablecerla hasta La Central.

Dadas las condiciones climáticas de mucha lluvia, se espera mañana al amanecer tener una mejor evaluación de lo sucedido y de si las condiciones eruptivas prevalecen. Funcionarios de la RSN ya se encuentran en el volcán Turrialba colaborando con la CNE y otras autoridades.


 
 

Actividad fumarólica intensa en el día 4 de enero, con columnas altas visibles desde la ciudad de Turrialba (fotos del Geól. Lepolt Linkimer, RSN).
 

Las áreas posibles de afectación por diferentes eventos posibles en un futuro cercano se dan en el mapa adjunto:
 






Dentro de los escenarios posibles establecidos, se resaltan los dos posibles estadios en este momento y los otros posibles estadios de evolución.

Los escenarios posibles de situación y evolución se dan a continuación.


 
 
 
 

ENLACE RECOMENDADO

Reporte Volcan Turrialba: erupción de ceniza del 05 de enero del 2010
OVSICORI
http://www.cientec.or.cr/mhonarc/boletincientec/doc/msg00897.shtml
 
 

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