Se instalaron telescopios para
observar cúmulos, galaxias, planetas.
Allí se realizó una caminata nocturna (¡vimos una boa!) hasta el otro lado de la Punta, donde se topa con mar abierto. Algunos bajaron el acantilado hasta la playa para ver una cueva y acercase al mar.
Luego se regresó al otro extremo, a la playa frente a Puntarenas, a continuar la observación de la lluvia, apoyada por guías, punteros láser y complementada con telescopios.
Como anunciado, Júpiter en la constelación de Pisces, destacaba por su brillo y color desde temprano. Pegaso alto en el cielo y Cassiopeia (la *M* o *W*) en el norte, fueron el marco para buscar la galaxia de ANDRÓMEDA, la galaxia hermana de la nuestra, primero a simple vista y luego con binoculares.
Los binoculares también se usaron para ver las Pléyades y la Hiadas, en la constelación de Tauro, que estaba alto en el cielo temprano.
