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Boletín CIENTEC, julio 2009 San José, Costa Rica
BUSCAMOS ENTREVISTAS EN DOS FORMATOS: ESCRITAS Y EN VÍDEOS. Rifaremos camisetas entre todos los que contribuyan en Costa Rica y también publicaremos las memorias recibidas de todo el mundo. Otras entidades participantes tendrán sus propios sorteos locales. |
El 16 de julio de 1969, un par de horas antes de que el cohete Saturno despegara de Cabo Cañaveral con rumbo a la Luna, había muerto mi madre. Entre las conversaciones de quienes nos encontrábamos alrededor del ataúd, compungidos, surgió la voz clara de mi cuñado Asdrúbal Fuentes, y todos, en tan aciago ambiente, escuchamos su sentencia: ?¡Tanta vaina para llegar a la Luna, dijo, con cohetes y cápsulas espaciales! ¡En cambio, doña América llegó al Cielo en un solo instante!Cuarenta años después? Juan Ramón Murillo, Costa Rica
Cuatro días después, sentados enfrente de un televisor de una marca hoy desaparecida, control de perillas y pantalla de trece pulgadas en blanco y negro, vimos el espectáculo. Expectantes, nos habíamos preparado para observar en directo un hito científico: el ser humano alunizaría.
Mi hijo mayor, Giorgio, rondaba los cinco y medio años, y mostró ante el evento una actitud reflexiva e imperturbable, que sin duda anunciaba su pragmatismo futuro, en su adultez, ante los avatares de la vida. Manuel, dos años menor, estuvo todo el rato alerta, sin perder detalle, y se mostró entusiasta e impresionado de algo jamás visto antes por nadie. Se aprendió de inmediato los torpes pasos de Neil Armstrong mientras caminaba sobre la pálida superficie lunar. Le encantaba imitar al astronauta en sus torpes brincos, desde luego obligado por la ausencia de la fuerza de gravedad, y siguió arremedando aquellos primeros pasos espaciales durante muchas semanas más. Irene, de escasos dos años, no se interesó del alunizaje, y se fue a su dormitorio a jugar con su muñeca preferida.
En esos instantes trascendentales para la humanidad, reflexioné: ¡cuántos mitos se estaban destruyendo! Pensaba que la Luna no sería más la de antes, un objeto romántico, la del claro de luna beethoveniano, la que tantas veces mencionó Lorca en sus poesías. Su misteriosa lejanía, su color plateado, sus tenues rayos, su contextura que yo creía de queso debido a las mentiras piadosas de mi madre? ¡todo había desaparecido!
Pero hace cuarenta años estaba muy equivocado. La Luna hoy sigue imperturbable recorriendo su órbita alrededor de la Tierra, y continúa encerrando sueños y quimeras, y arrulla ideales e inspira a los poetas de siempre. Y nada me cuesta seguir creyendo que su masa agujereada está hecha de queso, como me lo enseñó mi madre siendo apenas un niño.
Memoria enviada por su hijo, Manuel.Sunday, July 19, 2009Rosa Lobo Gonzalez y Susan, de Costa Rica Recuerdo lo de la llegada a la luna. Nací el 21 de octubre del 58. Tenía 10 años.
En unas bombas de gasolina, creo que en las Shell, por la compra de gasolina regalaban una pequeña nave espacial, parecida al Apolo, y un cuñado mío que trabajaba en ese lugar me consiguió una. La colgue con un hilo arriba de mi cama y pasaba horas de horas mirándola.
Ver en la televisión la llegada a la luna fue increíble para mi.
Y pasó algo muy triste. . . Una compañera de la escuela vino hacer una tarea conmigo y me la rompió. Recuerdo la llorada que me pegué, más que pedí a mi cuñado que me consiguiera otra y ya no habían más. Fue muy doloroso para mi.
Se lo conté a mi hija Susan.Friday, July 17, 2009Aída Luz Murillo Montoya, Costa Rica Tomando el café de media tarde con mi hijo Alberto, le contaba que hay dos hechos científicos que guardo en mi memoria como tesoros de gran valor: el ser testigo del primer alunizaje del hombre en ese satélite natural de nuestro planeta que tanto ha inspirado a músicos y poetas y el eclipse total de sol del año 1991.
En 1969 contaba yo con doce años y cursaba mi sexto grado en la Escuela Julia Lang, Edificio Metálico. La lectura era mi principal afición por lo que leía todo cuanto cayera en mis manos, desde las revistas Life y National Geographic hasta los periódicos más viejos y amarillos que encontraba en la pequeña biblioteca familiar por lo que estaba muy al tanto de la carrera espacial, además mi prima Hercilia se había casado con un ingeniero norteamericano que trabajaba en Cabo Cañaveral (en ese entonces) y cada vez que ella venía a Costa Rica era porque a su marido lo concentraban junto con los demás físicos e ingenieros de la NASA cuando había una misión espacial. Mi maestra, la Niña Virginia Chacón Araya, nos había pedido que guardáramos todos los recortes que salían en los periódicos relativos a la misión tripulada a la luna. Me sabía de memoria la vida de los astronautas que iban a participar en aquella odisea. Neil Armstrong, Edwin
Aldrin y Michael Collins pasaron a ser parte de nuestra cotidianidad y de nuestros sueños de algún día visitarlos o que nos visitaran y estrechar sus manos y decirles cuánto los admirábamos. Yo tenía un cartapacio en donde guardaba todas las noticias que salían en La Nación, mismo que conservé por muchos años hasta que el tiempo se encargó de destruirlo. Recuerdo que la Embajada Americana organizó un concurso en el que participé y que consistía en adivinar cuáles podrán ser las primeras palabras que Armstrong pronunciaría al bajar la escalinata del módulo lunar posado en la luna. No acerté pero recibí a vuelta de correo un lindo sobre membreteado y en relieve con la efigie de los astronautas, el modulo y el paisaje lunar. También recuerdo que hubo una emisión de sellos postales alusivos al acontecimiento y que Paco Navarrete compuso una pieza que llamó El Mar de la Tranquilidad, sitio en donde ocurrió el alunizaje.
El propio día del alunizaje recuerdo que nos reunimos en la sala de la casa mis papas, hermanos y sobrinos pequeñitos. Mi mamá estaba nerviosa y yo ni que decir; me daba miedo que saliera un monstruo como los que veíamos en Perdidos en el Espacio. Mamá decía que si su mamá estuviera viva seguro se moriría del susto, Lo cierto es que no se oía un alma en mi barrio Buena Vista en San Francisco de Guadalupe, era de noche y suavemente vimos como Neil Armstrong empezó a bajar las escalinatas del modulo lunar y decir que aquello era ?un pequeño salto para el hombre pero un gran salto para la humanidad.? El se movía con dificultad, más bien saltaba y uno deseaba estar ahí en esa gravedad 0. La cámara mostraba las huellas de Armstrong en el suelo lunar y se oían las conversaciones entre los astronautas y los técnicos en Houston. Armstrong fue el héroe ese día pero muchos que no vimos hicieron eso posible también. Hoy a mis 52 años he escuchado a algunos poner en duda lo que ocurrió aquel día o aquella noche pero lo que yo puedo decir es que nadie me lo tiene que contar porque yo ví con mis propios ojos la transmisión televisiva y nunca jamás la olvidaré.
20 de julio de 2009Sueños lunares Recuerdo, hoy hace cuarenta años, a toda mi familia reunida esperando la transmisión por la televisión -por supuesto que en blanco y negro y sin control remoto- de la llegada del hombre a la Luna. Era yo un niño de tres años y medio, a pesar de mi corta edad, sentía la emoción levitando por todo el salón, algunos tomados de la mano y otros rezando, la alegría que se vivió en el momento en que aquel hombre -con un traje blanco y gracioso casco- daba aquellos primeros pasos con movimientos lentos, fue en extremo contagiosa. Me cuentan mis padres que por varias semanas mi juego preferido era el de simular la caminata de Armstrong y sus movimientos en gravedad cero, acompañado de un modelo a escala del Apolo 11 que nosotros mismos armamos.Conforme avanza la humanidad vemos cómo lo imposible deja de serlo y, poco a poco, se convierte en realidad. Lo que algunos escritores de ciencia ficción escribieron de manera futurista: la clonación, los transplantes de órganos, órganos artificiales, los viajes al espacio, la nanotecnología, la comunicación inalámbrica, los hologramas, etcétera. Así, el solo pensar en lo utópico y su probabilidad de alcanzarse, el solo marcar el umbral más allá de lo posible, hará que se convierta en una meta alcanzable, un sueño de posible realización. Julio Verne nos describe su futuro en *De la Tierra a la Luna* y resulta que tiene muchas analogías con el viaje que se realizó en 1969, de esta forma lo que fue ficción dejó de serlo.
La valentía de los astronautas que emprendieron esta aventura es admirable, pues no había certeza del éxito, incluso luego de alunizar, había dudas y hubo problemas para despegar de la Luna y qué decir de la llegada de nuevo a la Tierra. Una de las mayores hazañas de este viaje es la consecución de un sueño y para los detractores que se preguntan si valió la pena tanto gasto, se les debe recordar que la naturaleza humana y su sed de conocimiento lo imploran, si nos cruzamos de brazos pensando que las fronteras son finitas y ya las alcanzamos todas, estaríamos retrocediendo en la búsqueda de las respuestas a nuestra existencia y, definitivamente, es algo que no nos podemos permitir.
Franklin Chang-Díaz y sus Memorias Lunares / Moon Memories, Video |
Alunizaje a mis cinco años (comentario de Marie Lissete Alvarado) |
¡CONTRIBUYA
CON SUS MEMORIAS!
Memorias Lunares
40 Aniversario Apollo 11
Este proyecto liderado por CIENTEC, RedPop y Conciencianew.com/ Hispanic Science Newswire Service cuenta con la participación de otras regiones del mundo (Brasil, Chile, Canadá, Costa Rica, Italia, EE.UU., México y Reino Unido) para recoger las memorias familiares de la llegada de la primer nave tripulada a la Luna y de la primer caminata sobre su superficie.INVITACIÓN
Algunas entrevistas serán publicadas en un blog http://memoriaslunares-moonmemories.blogspot.com
,
otras alimentarán artículos periodísticos y los
vídeos se conectarán en una lista (playlist) en YouTube.
DOS formatos de entrevistas.
ESCRITAS
Entrevistas escritas de un máximo de 1 página a doble espacio. Puede ser un trabajo colectivo o individual.
La entrevista debe ser enviada como documento adjunto a cientec@cientec.or.cr e incluir los datos de los participantes (nombres, edades, email, teléfonos, dirección y país).VIDEOS
Entrevistas en vídeo de aproximadamente 3 minutos. Los autores podrán ser creativos en su composición y usar diferentes medios. Puede ser un trabajo colectivo o individual.Para participar, los autores deben subir su vídeo a YouTube.com y enviar un correo con la dirección del vídeo (URL) y sus datos a cientec@cientec.or.cr
PLAYLIST Desde CIENTEC se ligarán todos los vídeos que se reciban de todo el mundo, en una lista de videos en www.youtube.com/cientec. (playlist).
PREGUNTAS SUGERIDAS
Dos preguntas sugeridas para las entrevistas escritas y vídeos:1- ¿Cómo se enteró de la llegada del Apollo 11 a la Luna y de la caminata espacial?
2- ¿Este acontecimiento tuvo algún efecto en su vida y visión del mundo?
En CIENTEC también nos interesan mucho los detalles tecnológicos y sociales.
¿Cómo la vivieron en su comunidad? ¿Tenían televisor? ¿Fue por radio que lo escucharon?
RIFA: En Costa Rica, CIENTEC rifará camisetas lunares entre los primeros 100 participantes de vídeos y entrevistas escritas, a partir del 15 de julio. La recepción se cerrará el 8 de agosto, 2009.
http://www.cientec.or.cr/astronomia/CAMISETA-Apollo11.jpg(El sorteo de camisetas es exclusivamente para el territorio costarricense y los ganadores deberán retirar sus premios en las oficinas de CIENTEC a más tardar el 11 de agosto, 2009. También se publicarán memorias de otras partes del mundo y en otros países, las entidades coorganizadoras harán sorteos locales también.)
PUBLICACIONES:
Las entrevistas serán utilizadas por ConCienciaNews, RedPop y CIENTEC para generar artículos que serán publicados en diferentes medios de comunicación colectiva.Las entrevistas escritas enviadas serán propiedad de las entidades convocantes,
las cuales se reservan el derecho de utiizarlas en sus actidades informativas,
dando el debido crédito a los (as) autores (as).
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