Boletín CIENTEC, febrero 2008 San José, Costa Rica
Las tendencias demográficas y las oportunidades para el desarrollo de las personas,
preocupan en diferentes latitudes.
Más niños... en mejores condiciones
Alejandra León Castellá, Fundación Cientec
La Nación, 7 de febrero, 2008Colaboraron Hadaluz Oreamuno y Renato Cajas
Las nuevas campañas publicitarias alemanas impulsadas por entidades privadas para promover el crecimiento poblacional, citadas por don José Joaquín Chaverri (Página Quince, 2/2/08) , se siembran sobre el campo arado por las políticas estatales que otorgan fondos a las parejas que tienen hijos, beneficios que también alcanzan a los niños durante el desarrollo.Para lograr esto, se ofrece un fondo denominado Elterngeld, que entrega 67% del salario que devenga la madre o al padre, para que alguno de ellos pueda quedarse el primer año con su bebé en casa.
Si este adulto no tuviera salario, o estuviera desempleado, recibiría un mínimo de 300 euros mensuales. A esto se suman otras iniciativas privadas, por región, que otorgan a las parejas una suma única de unos 1.300 euros para comprar, por ejemplo, cuna, coche y sillas especiales. Por otra parte, el Estado alemán paga a cada joven (Kindergeld) 150 euros mensuales hasta que cumple 26 años, con lo cual busca garantizar éxitos durante la etapa de estudio y preparación para el trabajo futuro.
Con esta suma de esfuerzos, los germanos esperan invertir los patrones de caída en los nacimientos en ese país, fenómeno que también parece estar golpeando al nuestro. De ahí, la importancia de analizar diferentes fórmulas existentes.
Perder talentos no se vale. Christiane Nüsslein-Volhard, premio Nobel de Medicina 1995 por sus descubrimientos concernientes al control genético en el temprano desarrollo embriológico, invirtió su premio en la creación de una fundación (www.cnv-stiftung.de) que, a partir del 2004, respalda económicamente a mujeres científicas talentosas. La idea es proveer apoyo que permita que estas mujeres paguen ayuda en el hogar y así desarrollen todas sus potencialidades, tanto en sus estudios y trabajos de posgrado como en lo que se refiere a la crianza de sus hijos.
Se trata, sin duda, de una invaluable solución al dilema que enfrentan las mujeres ?¿cuido o crezco?? y beneficia, de paso, a la sociedad como un todo.
¿Ficción o ciencia? Para el doctor Carl Djerassi, inventor de la píldora anticonceptiva y quien visitó Costa Rica el año pasado, el futuro del sexo y la concepción, en el caso de mujeres con estudios superiores, seguirá rumbos hasta ahora insospechados.
Llegará el momento en el que las mujeres congelarán sus óvulos en un banco y se esterilizarán para poder seguir adelante con sus estudios, trabajos y sus relaciones personales, sin tener que estar tomando anticonceptivos. Sus óvulos jóvenes serán preservados y, cuando estén en el momento adecuado, podrán recurrir a ellos para que sean fertilizados con técnicas in vitro e insertados en sus úteros, con el fin de seguir luego embarazos normales, comentó Djerassi.
Hace dos décadas, era fácil contar con el apoyo de una extensa familia para criar a los hijos: la abuela, las tías u otros familiares ayudaban en las complejas tareas. Hoy, esto se ha vuelto más difícil.
También es cierto que los servicios domésticos no están al alcance de todos. No existe un sistema estructurado que nos resuelva el problema del cuido de los niños. La comunidad que antes nos apoyaba está ocupada, fragmentada o lejos.
En estas condiciones, el dilema femenino del cuándo parece atragantarse en la carrera por salir adelante.
Un proverbio africano afirma que se requiere de todo un pueblo para criar a un niño o una niña. Ese debería ser el enfoque que oriente las estrategias a seguir. Si queremos más nacimientos en el país, ¿qué políticas públicas y privadas se deberían impulsar para obtener el pleno desarrollo de estos niños, sin perjuicio de la plena realización de sus madres y padres?
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¿A partir de cuándo comienza la tendencia de posponer la maternidad? De acuerdo con las estadísticas vitales, a mediados de la década de los noventas. Según usted entre 1960 y 1990, las cifras no cambiaron en este sentido, ¿cómo se explica el cambio en tan poco tiempo?
Es en efecto curioso que no cambiaran entre 1960 y 1990, época en la que las parejas adoptaron masivamente la planificación familiar. Ello se debió a que el casi culto a la maternidad permaneció. Las mujeres, incluso profesionales, tenían muy arraigada la idea de que la maternidad era una condición indispensable para realizarse como mujer.Maternidad aleja a jóvenes de educación
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Azyadee Andrea Astorga debió renunciar a su sueño de ser enfermera cuando quedó embarazada a sus 17 años de edad, hace ya seis años. Aunque ella dejó los estudios por su embarazo, lo más común, según expertas del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), es que, ante la falta de educación, de trabajo remunerado y de un proyecto de ...Autobiografía de Christiane Nüsslein-Volhard. Nobelprize.org (inglés) Resumen biográfico de CIENTEC (español)
Entrevista de Christiane Nüsslein-Volhardwww.youtube.com/thenobelprize
Sex and Fertilization: Ready for Divorce? Carl Djerassi (inglés)
With very few exceptions, the millions of different species on this earth-from insects and reptiles to fish, birds and mammals-copulate in order to procreate. What we create in that act is not primarily an extension of ourselves, however; it is an extension of the species merely. What strives for genetic immortality is not the individual-that ambition remains beyond our grasp-but the genome. This general set of chromosomes, rather than the particular combination of brown hair and hazel eyes, musical talent and athletic ineptitude, is the ultimate beneficiary of all that sweat and struggle in the dark. It carries no personal stamp of knowledge. With few exceptions, most males other than humans do not actually know who their offspring are, nor do the fathers of most species have anything to do with the upbringing of the next generation.Science theatre in the classroom: ICSI (inglés)
(Sex in an Age of Mechanical Reproduction)
A pedagogic wordplay for two voices with audiovisuals. By Carl Djerassi
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